Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
LA CONQUISTA DE MEXICO



Comentario

Cómo algunos murieron por romper los ídolos


Metían en la doctrina cristiana a los hijos de los señores y hombres principales, para ejemplo a los demás. No contradecían sus padres, por cariño a Cortés, aunque algunos los escondían hasta ver en qué paraba la nueva religión, o enviaban otros por ellos. Acxotencatl, señor principal en Tlaxcallan, tenía cuatro hijos y aun sesenta mujeres. Dio tres de ellos a la doctrina, y retuvo al mayor, que sería de doce o trece años, mas al cabo lo dio, porque se supo, no le tuviesen por falso. Aprendió muy bien el muchacho la doctrina y el romance; se bautizó, y le llamaron Cristóbal. Derramaba el vino que tenía su padre, reprendiendo la embriaguez; le acusaba la multitud de mujeres, y rompía los ídolos de casa y pueblos que podía coger. Acxotencatl tenía enojo de ello, pero lo pasaba por quererlo mucho y ser su mayorazgo. Entró el diablo en él, y a persuasión de Xochipapaloacín, una de sus mujeres, lo apaleó, acuchilló y echó en el fuego, para que se quemase; de lo cual murió al día siguiente. Le enterró secretamente en una casa suya de Atlihuezan, pueblo suyo, a dos leguas de Tlaxcallan. Hizo matar, para que no lo dijese, a Tlapalxilocín, madre de Cristóbal y mujer suya, en Chimichuca, que está cerca de la venta de Tecouac. Esto fue el año 27, y estuvo mucho tiempo sin saberse. Maltrató después a un español porque hizo algunas demasías pasando por unos pueblos suyos. Fue sobre ello Martín de Calahorra desde México como pesquisidor, y averiguó las muertes de Cristóbal y de Tlapalxilocín, y lo ahorcó. También mataron a otros de la doctrina que iban por ídolos a los lugares, hasta que la justicia puso remedio con grandes castigos. En Ezatlan, que andaban levantados, mataron el año 41 a fray Juan Calero, que llamaban de Esperanza, fraile francisco, porque les hacía abatir un ídolo que habían levantado y adoraban; y en Ameca mataron a fray Antonio de Cuéllar, francisco, porque les predicaba. En Quivira mataron a fray Juan de Padilla y a su compañero, que se quedaron a predicar. En la Florida mataron a fray Luis Cancel, dominico, que fue a convertir; en fin, matan a cuantos predicadores pueden coger, si no hay soldados que temer.